Ahora entiendo por qué el primer curso del bachillerato es llamado el “año de los 15”, es que casi todos los alumnos arriban a sus 15 años.
A los varones no nos causa ni frío ni calor, la fecha de cumpleaños llega y mientras menos personas lo noten mejor. Pero para las mujeres cumplir 15 años es todo un acontecimiento. Se pasan horas hablando de la
fiesta, antes de lo que piensan hacer, y después de lo que ya hicieron.
Cada una celebra su fiesta de cumpleaños de una manera diferente según su presupuesto y personalidad. Temáticas como película de cine, alfombra de estrellas, primavera, colores, motivos marinos, o la clásica y elegante
fiesta en un salón de algún club.
Traje largo, traje corto, minifaldas, flores en el pelo, caracoles en las mesas, detalles por todos lados, dan la impresión que la fiesta empezó a organizarse el mismo día del nacimiento.
Ser invitado a una fiesta de 15 años es una grandiosa oportunidad para compartir con tus amigos del cole y como en estos días la cantidad de invitados es limitada te sientes popular si recibes la invitación porque además sabes que esa persona te aprecia y considera su amigo.
Las fiestas de 15 años son un fastidio para los padres, no solo de la festejada, sino también de los invitados. Deben comprar un regalo, llevar el traje a la lavandería y llevarnos y recogernos. Y como la hora en que concluye la fiesta es entrada la madrugada los padres se quejan de tener que trasladarse a buscarnos.
Y si no tienes traje tienes que alquilarlo, aunque como son tantas fiestas es mejor comprar uno. Es que siempre quieres ir a la fiesta y debes llegar de saco y corbata cuando la invitación lo requiera. En mi colegio esperamos ansiosos la celebración de los 15, formal, con
ropa semi formal, con cena o bocadillos, no importa, para nosotros es una fiesta con todo lo que implica, bailamos, cantamos reímos, gozamos.